Fotos y Texto: Daniel Mideros @diche_mideros
Aún recuerdo la primera vez que tomé una cámara en mis manos, fue gracias a mi abuelo. Haciendo una regresión, era él quien siempre estaba filmando y registrando los eventos familiares; posiblemente fue él quien me inspiró a sentir una gran pasión por la documentación visual y audiovisual. Recuerdo que tener una cámara de fotos o de video en mis manos me hacía sentir un gran poder de creatividad a mi alcance.

Fue aproximadamente a la edad de 14 años que tuve mi primera cámara. Mi abuelo me la regaló y aún la conservo. Inicialmente la usaba para proyectos del colegio o para registrar los eventos sobre deportes de aventura, mi otra gran pasión. Realmente amaba filmar, fotografiar y editar. Todo este proceso me apasionaba.

Pero no fue hasta los 21 años que comencé a viajar por mi país y descubrí el verdadero significado de «biodiversidad». Me asombró tanto que a tan solo 45 minutos de Quito veía más de 100 especies de animales (aves, ranas, reptiles, etc.), ¡en un solo día!
Inconscientemente siempre supe que el Ecuador era un país lleno de naturaleza, pero no tenía idea de la magnitud de lo que teníamos hasta que lo vi personalmente. Puede que a varias personas les suceda lo mismo, ya que muchos desconocen el tesoro que tenemos bajo nuestros pies. Fue desde entonces que empecé con mi pasión por registrar esta extraordinaria biodiversidad con la que convivimos.

A pesar de ser ecuatoriano, esto era un nuevo mundo para mí, y lo sigue siendo; cada vez que viajo y conozco nuevos sitios en el Ecuador, me asombro de todo lo que puede existir en un territorio relativamente pequeño. Si lo comparamos con otros países, ¡todo lo que poseemos es una locura!
Gracias a esta pasión por la fotografía he tenido la oportunidad de conocer lugares de ensueño, viajar a otros países y, lo más importante, conocer personas maravillosas de Ecuador y de todo el mundo; esto me han ayudado, de una u otra forma, a cambiar mi forma de pensar y de ver la vida. Creo que ese crecimiento es lo más importante de este recorrido.

No todo es color de rosa, también me ha tocado presenciar tristeza en este trabajo. Un día, en un sitio, ves muchas especies maravillosas de animales; cuando regresas en poco tiempo ves que se ha transformado en un cultivo de palma o en una gran industria.
Es algo muy triste de presenciar, por eso creo que la mejor manera de que mi trabajo sea un éxito es motivar a las personas a conocer, viajar y, más que nada, a valorar y cuidar la naturaleza en la que vivimos y coexistimos, pues estamos en un punto crítico de perderla para siempre, estamos por llegar a ese punto de no retorno.

Trabajar colaborando con proyectos locales y organizaciones dedicadas a la conservación también es algo muy importante que he podido hacer a lo largo de mi carrera como fotógrafo.
Pese a que no me dedico a la fotografía de conservación directamente, siempre intento participar y colaborar en proyectos de esta área. Hay mucho trabajo de personas dedicadas a conservar y proteger, pero muchas veces no se llega a conocer, debido a la falta de difusión, es ahí cuando la fotografía se convierte en el mejor aliado.

En esta era de la comunicación a gran escala, no solo es importante mostrar la belleza y perfección de la naturaleza, también es importante dar a conocer el trabajo que muchas personas hacen por el bien de todos, que es luchar para conservar el mundo en el que vivimos y así las nuevas generaciones lo puedan disfrutar también.
