Fotos y textos: Alexis Zurita @alexiszuritaphoto
Mi primer contacto con una cámara fue por trabajos universitarios, en el 2000. Ocasionalmente cubría eventos sociales de amigos y familiares. Nunca imaginé que me convertiría en fotógrafo de bodas.
Al inicio lo hice de la manera tradicional, con mucha formalidad y poses; según iba capacitándome y mirando lo que se hacía en otros países fue evolucionando mi propuesta, hasta que recibí el consejo de un colega mexicano a quien admiro: “No busques ser un fotógrafo profesional, sé un fotógrafo personal. Sigue tu instinto, respeta tus gustos personales y eso se verá reflejado en tu trabajo. Encontrarás parejas a las que les guste lo que haces, pero recuerda que está bien no ser del agrado de todos.”
Así, abrí mi mente a crear con libertad, conservando tres elementos principales: limpieza visual, composición y conexión. Juego con símbolos y semiótica; y rindo homenaje a las personas y a las películas que han marcado mi visión. Soy feliz al experimentar, romper reglas y lograr imágenes que me enorgullecen.
El momento de los retratos es mi favorito; pero al mismo tiempo es el más difícil. Muchas veces no sé por dónde empezar. Busco lugares poco tradicionales y no hagomontajes, solo uso la imaginación para transformar la realidad. Aunque no lo crean, algunas imágenes han sido realizadas en baños o parqueaderos.
Las fotos clásicas, tradicionales y llenas de emoción también están presentes en mi trabajo. Mi intención es que todos queden felices con las imágenes que reciben. No me olvido de que se trata de una boda, un evento familiar y social que no solamente está para llenar mis expectativas creativas.
Quienes me contratan reciben las fotos formales y grupales que son importantes para sus padres; las fotos documentales de la jornada, sin intervenir, sin decirles qué hacer; y claro, mi parte favorita, los retratos arriesgados y diferentes, en busca de una imagen icónica, digna de sus paredes. Por estas imágenes quiero ser identificado, por los retratos con una propuesta visual diferente.
Mi principal motor es mi familia. Doy el 100% en cada boda por ellos. Siento a mis hijos en cada clic. Pienso en un futuro de muchas oportunidades para ellos. Quiero que sepan que pueden vivir haciendo lo que les apasiona.
